El paso de los años nos proporciona más sabiduría, experiencia o vivencias, esto es lo positivo de ello. Envejecer es algo que, aunque natural, no todo el mundo lo experimenta con igual talante. Aquellos cambios en nuestro rostro son los que se hacen más visibles, aquí explicamos muy brevemente a que se deben y algun consejo para tratar de ralentizar los mismos.

• La frente parece más amplia ya que se retrae la linea del pelo.

• Las orejas se alargan ligeramente porque el cartílago crece.

• La punta de la nariz puede caer porque el tejido conectivo que lo soporta se debilita.

• La grasa facial pierde volumen y cae, los rasgos redondeados de la juventud dejan paso a un aspecto más aplanado y al depósito de la grasa en la parte inferior de la cara o el cuello.

• La piel que antes era suave y tersa se adelgaza y pierde firmeza.

• Aparecen las arrugas. Unas más profundas en frente, entrecejo, alrededor de ojos y boca, debido al agrietamiento de la piel y otras más finas por la pérdida de grasa dérmica descrita.

Estos cambios no ocurren por igual en todas las personas, hay muchos factores añadidos que influyen y que son los responsables de la variabilidad de los mismos entre unos y otros: factores genéticos, exposición al sol, tabaco, dieta, grado de pérdida de grasa bajo la piel o de aquellos elementos que la engruesan y le dan aspecto más hidratado.

Hay hábitos que ayudan a retrasar estos cambios como puede ser la protección solar (los UVA son responsables del envejecimiento y los UVB de las quemaduras solares); hidratación diaria de la piel, abandonar el tabaco, etc.
Para aquellos que deseen algo más estan las inyecciones de toxina botulínica o los rellenos faciales con ácido hialurónico que proporcionan resultados muy naturales y son altamente demandados y seguros siempre que sea un especialista con experiencia quien realice el tratamiento.